CERRALLEIROS EO AFILADORES EN GALICIA.-
Recibian el nombre de "cerralleiros y afiladores, los hombres que se dedicababan mas bien ambulantemente a andar por ciudades pueblos o aldeas al arreglo y reparación de ollas, paraguas, sartenes etc.; afilaban, tijeras, cuchillos y toda clase de herramientas de corte. Era una profesión reconocida y muy popular en tiempos pasados y que todavia hoy se pude ver alguno de vez en cuando tocando el chufle" Normalmente su herramienta de trabajo era una rueda manual que llevaba acoplada en un lateral una muela de afilar y presionando un pedal con el pie hacía girar dicha muela para producir el aguzamiento de la herramienta colocada en su parte superior.-Dicha rueda tambien llevaba un cajón o caja de herramientas en una de los laterales con los utensilios suficientes para el arreglo de paraguas, ollas, calderos etc.- luego estos populares profesionales fueron motorizándose con bicicletas y motocicletas y en los pueblos o ciudades para avisar de que estaban allí usaban " el chufle" especie de una armónica manual de plástico ö similar que soplando soltaba unos sonidos muy agradables. Cada afilador tenia su musiquilla particular y la gente ya decia ! AHÍ ESTÁ PEPE, PACO O LUISÍN!!!!, preparaban los cuchillos o lo que fuera, incluso alguno con su pequeña flauta se ponia en una esquina a tocar un pasodoble o una muiñeira y la gente del pueblo le dedicaba un fuerte aplauso.-
Luisín de 27 años, nacido en Verín (Ourense) dejó la profesión de labrador que llevaba junto a su padre y se dedicó a la de afilador y paragüero, después de aprenderla junto a un tio suyo. Se compró su rueda de afilar de segunda mano por 275,50 ptas., y su chufle y venga a recorrer pueblos y aldeas. Luis cada 15 dias iba a ver a sus padres a Verín para que su madre le lavara la ropa y coger provisiones para los siguientes 15; él ya tenia su cliantela hecha por la provincia de Lugo, concretamente en los municipios de O Corgo y Castroverde, decía que por allí habia muy buena gente acogedora y simpática. El dormir lo hacia en ciertas casas que ya tenia de confianza y a cambio siempre de afilarles los cuchillos tijeras etc. y así pasó 10 años por tierras lucenses con su rueda de afilador y su chufle y sacando un sueldo muy considerable en aquellos tiempos, cobraba 3 peseta en cada casa por afilarles todos los utensilios. Pero a Luisín le salió una moza que era hija de los padres de una de las casas donde se hospedaba muchas de las noches, era una aldea de O Corgo, una joven guapa, de mediana estatura de tez morena siempre iba mui bien peinada ya que una tia suya sabía algo de peluquería que habia aprendido cuando estubo uno años en Madrid sirviendo en casa de unos señores. La relación con Manolita cada vez se fué haciendo más fluida llegando al punto de pensar en boda, quedando las dos familias en juntarse un dia trece en la feria de Adai para comer el pulpo y tratar el asunto; fué concretamente el día trece de Mayo del año 1954; el día salió expléndido y a las 14 horas ya estaban los seis sentados en la típica mesa de madera sin mantel con algunas manchas redondas de los culos de los vasos del vino tinto y al lado del caldero de pulpo donde se comieron seis buenas raciones del rico manjar; el padre de Luis comentó: !!Mira que en Verín preparan rico o pulpo a'feira pero este de Adai non se quedan atrás! está muy bueno, a lo que le contestó Pepe el padre de Manolita; me alegro que os haya gustado. Después de tomar un rico café de pucheiro, acompañado de unas pingaratas de orujo, acordaron lo del dia de la boda, poniendo fecha para el dia 12 de Octubre del mismo año, o sea el día del Pilar y que sería la comida en el Hotel Méndez Nuñez de Lugo.
Pepe, el padre de la novia, que en aquellos tiempos ya disponia de un buen dinero, tenia el oficio de zoqueiro y decían que sus zuecas se llevaban como guantes, propuso abrirles a la nueva pareja una ferreteria en Lugo, cosa que se llevó a cabo en el mes de enero de 1955 cuyo negocio les fué muy bien, aunque Luis en su ferreteria seguia afilando sus cuchillos y tijeras para sus antiguos clientes y amigos y, Manolita atendiendo la tienda. Tuvieron dos hijos un niño y una niña y fueron una pareja feliz, pero eso si, todos los dias trece de cada mes no fallaban, iban a comer el pulpo a la feria de Adai donde tenían y tienen muy muenos amigos y aunque ahora ya andarán por los 80 y pico de años creo que siguen sus visitas a feira do trece.- Un abrazo e boas tardes.-
Este modesto y humilde artículo lo escribo en homenaje a los afiladores y paragüeros gallegos. Un abrazo de xoxevila.-
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