LOS LOBOS TAMBIEN TIENEN CORAZÓN.-

Lucas desde los 6 años cuando salia del colegio solia acompañar a su madre a guardar un rebaño que tenian de unas 90 ovejas, el colegio era de jornada lectiva de 9 a 12 h., y de 13, a 15, tenian solamente una hora para la comida, entonces despues de salir a la 15 horas su madre y él sacaban las ovejas a apastar al monte, pero cerca de casa, estamos hablando de una aldea asturiana en el Concejo de Cangas del Narcea, eran unos 40 vecinos y casi todos se dedicaban al pastoreo de ovejas, cabras y alguna vaca, pero lo principal eran las ovejas y las cabras. A Lucas se le habia muerto su padre en un accidente laboral cuando se encontraba cortando eucaliptos, le cayó uno encima y lo mató asi que él y su madre Carolina se tenian que defender por si solos con su ganado lanar, ya que eran la única familia, vamos que el niño no tenia más hermanos. Con las ovejas, unas gallinas. conejos y una pequeña huerta se iban defendiendo y además también cebaban un cerdo o dos al año que junto con el rico queso que elaboraban de las ovejas en casa, no se pasaba hambre, ademas Carolina tambien vendía quesos a vecinos y  en ferias etc, unos quesos riquisimos y naturales de pura leche de oveja y cabra, que tenian mucha fama  en la zona de  Cangas. Cuando iba a alguna feria con la mercancia ya le salian los compradores al camino  antes de llegar con ellos al mercadillo. Pero la ilusión mas grande de Carol era que su niño fuese al colegio y que el dia de mañana fuese a la Universidad a estudiar una carrera, esa era su meta. Lucas aunque acompañaba a su madre con el ganado también le quedaba tiempo para hacer los deberes, jugar con sus amigos en la calle etc, lo que solian hacer los niños por aquellos años 1950. En una ocasión Lucas un día que estaba en el monte con sus ovejas se encontró un cachorro de perro mal herido y moribundo en una cueva, llamó a su madre y lo llevaron para casa donde le hicieron las correspondientes curas y el animal fué mejorando hasta que se recuperó de todo. Un día un vecino les dijo, sabeis que el perrito que le llamais vosotros, no es un perro, sinó una cria de lobo, no lo cuideis mucho porque cuando se haga grande os comerá las ovejas; bueno ellos quedaron los dos perplejos pero reconocieron que cada vez tenia mas trazas de  ser lobo. Lucas le habia cogido tanto cariño que no queria deshacerse del animal, así que optaron por seguir adelante con el lobato. Pasó un año y eso sí, como el lobato ya era grande trataron de hacerle una caseta de perro en la era y tenerlo allí bien amarrado con una cadena, además los vecinos cuando se enteraron tampoco estaban muy tranquilos, y  en el pueblo habia una joven que habia estudiado veterinaria y era ella la que les aconsejaba de todo con relación a Yaqui (el perro lobo). Así pasaron tres años, Lucas ya con 10 era tambien el monaguillo de la parroquia y les daba clases de lectura y cuentas a los vecinos del pueblo, tenia tiempo para todo, era un gran organizador, incluso formó un equipo de fútbol en el pueblo y lo pasaban bomba los sábados y domingos. Pero volvemos a lo del lobo, un día una de las ovejas se acercó demasiado a la caseta y yaqui en vez de atacarla empezó a jugar con ella, sin hacerle daño alguno, aquello fué muy comentado porque los vecinos del pueblo no se lo creian e incluso la veterinaria tampoco ya que esta habia tenido problemas con el ministerio de agricultura para solicitar las vacunas como perro, no como lobo, pero bueno, con trampa o sin trampa ella lo consiguió. Ahora eso sí, por las noches que no se acercara nadie desconocido a la era, entoces si ponia cara de lobo. En otra ocasión a un vecino de aquellos que se quieren hacer los simpáticos , pasó por cerca de la caseta de yaqui e intentó coger una manzana de un pomar que habia al lado, el susto fue gordo, lo cogió por los pantalones lo tiró al suelo y alli lo redujo hasta que vino Carolina que estaba en casa, pero ni un arañaszo ni nada de nada, el atrevido vecino del susto estuvo dos dias sin salir de casa, pero dijo, será perro, será lobo pero es una animal noble y buen guardian a mi me gustaría tener uno como él en mi era. Los años fueron pasando, Lucas se fue a la Universidad de Santiago licenciandose en medina  y ejerciendo luego de médico de familia en la ciudad de Oviedo aunque supongo que hoy ya estará jubilado, de todas formas no hace mucho que le he visto por Avilés con unos amigos comunes, pero no tuve la ocasión de poderlo saludar, siempre por las prisas. Su madre según me dijo una vecina fallecio hace unos 10 años en Oviedo, se vino a vivir con su hijo, vendió las ovejas y creo que los veranos los pasaba allí en su hermosa aldea de Cangas pero eso sí de su hijo Lucas siempre estuvo orgullosa, el día que le dieron el doctorado en medecina no hacia mas que llorar de la gran emoción, y además creo que les decia a las vecinas y amigas,! mi hijo no es un médico cualquiera,¡ mi hijo sacó el numero dos en la Universidad de Santiago y no sacó el número uno porque ese número se lo dieron a una amistad de dña. Carmen Polo de Franco. Con relación a Yaqui todo fue bien, sin ningún problema, murió a los quince años, se pegó una buena vida allí en la era de Carolina, los del pueblo le hicieron un homenaje y le pusieron una pequeña lápida en el monte de O Outeiro, donde lo enterraron.- Casos como el de Yaqui, hay muchos, los animales todos son nobles, el lobo es una raza de perro que nunca estuvo protegida ni domesticada por el hombre, si en la actualidad mata ovejas es por necesidad, lo que hariamos nosotros si  estuviesemos asalvajados como ellos.- Un pequeño relato en homenaje a Yaqui.- Un abrazo, Xosepvila.-