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AQUELES TEMPOS.- TERRAS DE O CORGO.-

AQUELES TEMPOS.- TERRAS DE O CORGO.-

Por los años 40-50.- Dositeo y Melibea, un matrimonio del Consello de O Corgo con 7 hijos, dos vacas y 3 ha., de terreno para sembrar unas patatas, algo de centeno cebaban dos cerdos, las cuatro gallinas que tenian y poco mas, ahora eso sí, teian una casa de piedra de canteria muy guapa que les habia dejado en propiedad el padre de Melibea que era canteiro de aquellos que habian venido de Pontevedra y se habia establecido en el Consello de Sarria, bueno establecido y casado luego con una rapaza de O Corgo creo que de la parte de Marei.

Iban tirando mal porque eran muchos de familia y Dositeo salia si lo llamaban a trabajar de jornalero, le daban por día 10 ptas y la comida y no eran las jornadas de 8 horas aquellas no tenian límite de horario eran de 10 y 12 horas, pero era lo que había y al no tener ningún oficio pues los trabajos eran muy brutos y además era un poco cojo de una pierna, habia tenido un accidente cuando trabajaba de pinche con su suegro Facundo de canteiro en una obra de Adai, le cayó un piedra en la pierna y lo dejó  cojo para siempre, fueron a un compostor de huesos que habia en Otero de Rei pero nada, él dicía, bueno cojeo un poco pero me voi defendiendo en mis trabajos de jornalero, aunque un día descargando un carro de leña para el horno de pan, se resbaló y tambien se dió un golpe en la cabeza que estuvo 10 dias en la cama, le decía su mujer, pero vete con cuidado que un día te vas a matar, era un poco nervioso pero muy buena persona.

Dositeo tenia un hermano Paco que se habia marchado para la Argentina hacia unos años y trabajaba en una fábrica de ropa y todos los años les mandaba un saco o dos grandes de ropa y era lo que los salvaba, sus niños eran los mejor vestidos del colegio y ellos tambien. En una de las ocasiones que a Dositeo le llegó por correo el aviso de un paquete de ropa tenia que ir recogerlo siempre a la estación de renfe de Puebla de San Xulian que le quedaba a menos de 6 km., de distancia de su pueblo y el referido paquete aunque era ropa pesaba unos 40 kilos como mínimo, por lo que tenia que hacer varias paradas por el camino, eran aquellos tiempos no  exitía ni el seat 600, lo único en otras ocasiones habia un vecino suyo que tenía un burro y se lo pedía para hacer el transporte del paquete pero en esta ocasión el animal se encontraba mal. Cuando le faltaban menos de dos km., a Dositeo para llegar a su casa a pesar de sus 49 años iba cansado y siempre hacia la última parada en una pared que lindaba con el camino, apoyando el paquete en la pared y el sentado al lado, con tan mala suerte que se habia sentado encima de una serpiente víbora mordiéndolo esta en una de las manos que tenia apoyadas en dicha pared; dándose cuenta de la gravedad del asunto  comenzó a dar gritos !hay que morro, hay que morro! hasta que un hombre que pasaba cerca y que se conocián le ayudó a incorporarse porque ya se encontraba como desmeyado y menos mal que este vecino era un poco entendedor de estas mordidas de serpientes como buen cazador que era, por lo que sacó una navaja le hizo una raja en la herida para que sangrara y le puso un torniquete en el antebrazo para que el veneno no se desplazara a otras partes del cuerpo. El referido vecino le dijo no te muebas de ahí, cojió su bicicleta y fué a buscar a un curándero que vivia cerca, y después de explicarle el asunto el curándero cojió varias clases de hiervas de su pequeño laboratorio y allí que se fueron los dos ver a Dositeo. El ficticio doctor le hizo tomar varios alpistes de dichas hiervas, ejercicios con el brazo y le mandó tumbarse boca a bajo, haciéndole una cruz en la espalda con un ramo de ortigas y laurel y dijo, ! bueno ahora se quedará como muerto unos 10 minutos, si cuando se espabile y despierte empieza a dar patadas fuertes es que está salvado! y le dijo el vecino !y si nó que!, sinó hay que llamar al enterrador. Total que a los 10 minutos justos Dositeo comenzó a moverse y dar patadas solamente con una pierna, y dice el curándero, esto si es raro, nunca me habia pasado y le dijo el vecino, puede ser porque este hombre la pierna derecha la tiene media inválida de un accidente, ! ha bueno,que alivio ! lo levantaron y ya podía andar.

Dositeo se pudo marchar a su casa despues de darle las gracias al curándero y el vecino le ayudó a llevar el saco de ropa que  cuando llegaron al domicilio ambos ya estaba su mujer Melibia y sus siete hijos, dos niñas y cinco niños esperándolo muy preocupados. diciédoles la mujer que tambien conocia al vecino Emilio, no estariais por ahí de juerga tomándo viños, y dijo sí, sí, estuvimos tomando de todo menos viños, yo tomé hasta veneno de una víbora. Despues de esplicarle a Melibea toda la película ésta se quedó pasmada de lo ocurrido y les dijo, venga pasar que los niños tienen hambre y vamos a cenar, Emilio se queria ir a su casa pero no le dejaron y además le dijo ella !oye Emilio que nonche gusta comer na casa de un pobre! Melibea tenia un pote de caldo de berzas hecho y una buena tortilla de patatas  y un buen trozo de tocino y pan centeno, una buena cena pero eso sí, sin vino, el vino en aquellos tiempos era mucho lujo a no ser que fueses de las zonas de él, como Quiroga, Ribeira Sacra etc,.. Emilio se marchó para su casa que le quedaba a menos de 300 metros, dándole las gracias Dositeo por toda su ayuda ya que sin ella las cosas hubiesen ido muy mal, e igualmente Emilio le agradeció a Melibia la rica cena.

Ya eran las 11,15 de la noche, Dositeo se encontraba cansado, ya se habian puesto en contacto con un médico de Gomeán D.Julio y le habian esplicado lo de la picadura de la víbora y el estado en el que se encontraba que de momento era bueno, de todas formas el médico le dijo que al dia siguiente queria verlo y que pasara por su consulta. Se iban ya todos a dormir padres e hijos pero los niños que como era viernes al día siguiente no tenian colegio y decian que ellos no se iban a la cama sin ver antes los vestidos que les habia mandado su tio Paco de Buenos Aires, y nada, a deshacer el paquete, y ver las elegantes prendas, para las niñas habia unas faldas a cuadros con unos pliegues de color azul, unas chaquetas de color marrón, calcetines ropa interior e incluso unos zapatos que en aquellos tiempos escaseaban y muchas mas cosas, los niños dos chaquetones de paño,pantalones etc., y para Dositeo una gabardina blanca, unos pantalones, dos chaquetas, ropa interior etc,,. y a Melibea un traje chaqueta de color rosa precioso entre otras cosas. E tio Paco al parecer tenia un buen trabajo en una fabrica de tejidos, estaba soltero y se acordaba de su familia de O Corgo. Decia Dositeo, cuando se marchó para Argentina hace ya 30 años lo acompañé hasta el puerto de Vigo de donde salia el barco y le dí 100 ptas.,que no me las quería coger, pero las 100 ptas me las tiene bien pagadas, dice que para el año que viene vendrá a vernos pero es tan lejos que eso lo dicen todos cuando se marchan y mas de la mitad no vuelven nunca a su querida tierra. 

Este es un sencillo relato que sucedió en mas de una familia gallega. La semejanza con algún dato nombre etc., con álguien, es de pura casualidad.-Un abrazo de xosevila.-

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